Invierno, algunas vidas y otras muertes

Personajes:
Gloria Vélez (mujer de unos 50 años)
Dionisio Gali (20 años)
Juan Cazabat (40 años)
El viejo Mitti
Vieja

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Escena 1


Patio de invierno de una casa grande. Salidas hacia los laterales y en el fondo la puerta que da al interior, donde reina un clima festivo. El decorado es modesto, un banco y una mesa que utilizarán los personajes. En escena está Dionisio Gali, un joven de 20 años, vestido con sencillez. Parece ansioso, o temeroso, como si estuviera allí a disgusto pero al mismo tiempo no quisiera irse. Esta indecisión es su rasgo distintivo. Gloria sale de la casa. Se oye la música y murmullos cuando abre la puerta, luego se apagan. Es una mujer madura, de unos cincuenta años, pero se ha vestido como para actuar en el mejor cabaret de París. Sin embargo transcurre el año 1979 en Argentina, en pleno Proceso Militar. Ella se acerca al joven, jugando con su vaso de licor.


GLORIA.- Hola, está helando acá.
GALI.-...
GLORIA.- ¿Querés un poco de licor? Hace bien.
GALI.-¿?
GLORIA.- En estos lugares uno debiera divertirse ¿no te parece? Sabés poco de diversión vos, se nota.
GALI.-...
GLORIA.- Vos sos Gali, el lechero. No me conocés porque yo no tomo leche, prefiero el licor... Es de mal gusto no contestar, ¿sabías?
GALI.- Soy Gali, ¿y usted quién es?
GLORIA.- Gloria.
GALI.- Ah, Cazabat me habló de usted.
GLORIA.- ¿Bien o mal?
GALI.- Bien, bien. Discúlpeme, creí que era una de esas...
GLORIA.- Cuidá lo que decís, una de esas te hizo un favor.
GALI.- (Ruborizándose) Le pagué.
GLORIA.- Y claro ¿o te creés que la felicidad es gratis? (Se ríe) Así que Juan te trajo.
GALI.- Me pidió que lo acompañara.
GLORIA.-(Divertida) Humm, bueno, de ahora en adelante podés venir cuando quieras, eh.
GALI.- Gracias.
GLORIA.-(Le ofrece licor) ¿Tomás?
GALI.-(Acepta el vaso pero se arrepiente y no bebe). No, estoy un poco mareado ya, así que...
GLORIA.-(Inquisidora) ¿Desde cuándo son amigos vos y Cazabat?
GALI.- M-me está ayudando a estudiar. Preparo unos exámenes. Yo... para terminar el colegio.
GLORIA.- Já, ya te enganchó ese loco. Con razón, andaba calladito, haciendo nuevos discípulos...
GALLI.- ¿Qué dice?
GLORIA.- Ay este Juan no cambia más... Escuchame bien: si no querés meterte en problemas, lo que hablés con el no lo repitás con nadie. Conmigo sí podés, ya te lo habrá dicho, pero con los demás... (Hace un gesto de silencio)
GALI.- El me dio exactamente el mismo consejo. Pero no hacemos mal, nos reunimos para leer, discutir...
GLORIA.- Acordate.
GALI.- ¿Qué peligro puede haber?
GLORIA.- ¡El mayor de los peligros! ¡Lo peor!

Gali, intimidado, bebe un sorbo. Ella aprovecha y de improviso lo besa efusivamente. Desde el interior de la casa la llaman, y ella se aparta, seductora.

GLORIA.- Voooy, ya voy Gali, no dejés de venir, ¿eh?

Gali queda solo, confuso. De una puerta aparece Juan Cazabat, hombre joven, de unos cuarenta años, de ademanes amplios y amable..
CAZABAT.- ¿ Qué hacés, Gali? ¿Lo viste al viejo Mitti?
GALI.- Sí, adentro. Te andaba buscando, decía algo de un desalojo.
CAZABAT.-¡ Desalojo! ¡ No otra vez!
GALI.- ¿Qué pasa?
CAZABAT.- Déle con eso.
El viejo Mitti viene del interior de la casa, eufórico. Descuidado en el vestir, sesentón, correveidile. Su aspecto no inspira confianza.

MITTI.-¿ Qué tal, muchachos? ¡ Qué fiestita, eh! Gloria sí que sabe amenizar una reunión... Y
las chicas (con un gesto de arrobamiento) ¡ Qué bellezas!... Le pregunté de dónde las trajo, pero
no quiso decirlo.
GALI.- Negocios son negocios ¿ no?
MITTI.-(riendo) Tenés razón, pibe. (A Cazabat) Miralo a este.
CAZABAT.- Mitti, ya que lo encuentro, tome ( le entrega dinero), lo que le debía del alquiler.
MITTI.-(sorprendido) Pero ¿Cómo es la cosa? ¿En vez de pagar te pagan a vos, las mujeres? ¿Quién sos, el novio de América?
CAZABAT.- Qué le importa, usted agarre la plata. Y ojo con sacarme la cama al patio, como el
otro día.
MITTI.- (A Gali) Sabés yo no sé por qué lo aguanto.
CAZABAT.- Porque soy el que paga, vencido pero seguro. Vaya, vaya.
MITTI.- ( Saliendo ) ¡Andá vos instruido al pedo!
CAZABAT.- Por lo menos no soy traidor, ¡ sicario!
MITTI.- (Volviendo, furioso. Gali trata de atajarlo) Mirá, Cazabat, a mí no me vas a insultar,
eh. ¡ Yo un traidor! ¡Lo otro no sé lo que significa, pero...!
GALI.- Vamos, vamos, don Mitti. Este nos es lugar para peleas, puede caer la policía y...
MITTI.-¡Que venga la policía! Acá el problema no soy yo, ¿no, Cazabat? Soltame.
CAZABAT.- ¡Cierto! ¡Yo soy el problema, el grano en el culo, la piedrita en el zapato, la viga en el ojo...!Lo había olvidado, pero no me asusta, Mitti ¿ Quiere pelear? (Adopta la postura de box). ¡Bueno, le apuesto un mes de alquiler a que lo volteo!

Gali suelta a Mitti y acude a calmar al otro.

GALI.-(Asustado) Juan, pará.
MITTI.-¡ Soberbio, arrogante! Decidí que no llevo el chumbo, si no...
CAZABAT.- (Como jugando) Vamos, vamos, mientras me saco el frío.
MITTI.-(A punto de salir) ¡Loco, tengo un loco viviendo en mi casa!
CAZABAT.-(Sigue moviéndose) ¡Conventillo! ¡Pocilga! ¿Qué casa?
MITTI.-(Sale, escapando) ¡ Si no te gusta andá al hotel Imperio!
CAZABAT.- (Desde la puerta) ¡ No dije que no me gusta! (Se vuelve hacia Gali) ¿Dije que no
me gustaba? ¡Pero es una pocilga! (Lanza una risotada) ¡Vamos, arriba la guardia, Gali, vamos
a entrar en calor!
GALI.- N- no, yo no sé...
CAZABAT.-(Lo toca en los costados) Dale, unos movimientos nada más. Por juego.
GALI.-(Esquivando) No, no me gusta. Además, no me siento bien.
CAZABAT.-¡ Vamos, vamos, que hay energía en ese cuerpo! (Le pega cada vez más fuerte,
incitándolo a boxear)
GALI.- Tengo que irme, es tarde.
CAZABAT.- (tarareando) tarde me dí cuenta que al final... ¡Vamos, borrego! ¿Tan flojito te
dejaron, o siempre sos así?

Gali se enoja y arremete contra Cazabat. El otro lo esquiva lanzando una risotada.

GALI.-¡ No soy flojo!
CAZABAT.-¡Claro que no! ¡Te hice calentar! ¡Juá, juá!
Improvisan una pelea desordenada, en la que Cazabat se divierte y Gali se encoleriza cada vez
más
GLORIA.- ¿ Pero qué pasa? ¿ Qué hacen?
CAZABAT.- Nada, estábamos jugando.
GLORIA.- ¡Jugando! ¡Pero puede ser posible, che!
GALI.- Juan, ¿ estás bien? Yo... se me fue la mano.

Cazabat, que fingía haberse desmayado, ¨despierta¨ riéndose.

GLORIA.- A ver... (Gali se aparta. Cazabat se incorpora y se apoya en Gloria)
CAZABAT.- Negra...
GLORIA.- No me digás negra, que no soy tu mujer.
CAZABAT.- No vayás a pensar que me gusta el muñeco, porque cuando entraste... (Se ríe)
GLORIA.- No me sorprendería...
CAZABAT.- (Adoptando una pose afeminada) ¡Uf, sí, porque soy tan amplio... (Ríen los dos)...
¿Sabés, negra?(Señalando a Gali, que un poco alejado se acomoda la ropa) Este pibe es un toro, tiene pasta. Le falta explosión, pero ya aprenderá, vas a ver.
GLORIA.- Explosión, eh, vos eras el que estabas caído, por lo que vi.
CAZABAT.- Me agarró distraído. Che ¿se conocían ya ustedes?
GLORIA.- ( Mirando a Gali, que se ruboriza) Un poco.
CAZABAT.- Decía, como Gali no es del ambiente (Sonríe) Pero, en pueblo chico... El borrego
me hizo reír y me puso un mazazo...
GLORIA.- Tenés un sentido del humor, últimamente, no sé por qué... Y menos mal que no te
emborrachás, si no...
GALI.- Bueno, yo... me voy.
CAZABAT.-¡ Ey, esperá! Negra traé un licorcito que vamos a brindar, dale. Hoy estoy lleno de júbilo...
GLORIA.- Ah, contento, debí imaginarlo, Cuando estás así te da por boxear.
GALI.- Por mí no se preocupen...
CAZABAT.- Ey, borrego, un minuto... ¡Mirá que empiezo otra vez, eh!
GLORIA.- ¿Y de dónde tanta alegría? ¿ No habrás hecho alguna macana? (Sin dejar de escuchar sirve los vasos y los trae).
CAZABAT.- No, pero estoy por hacerla.
GALI.- Yo... no entiendo de qué hablan, mejor me retiro.
CAZABAT.- (Toma a Gali de un hombro y le pone el vaso en la mano) ¡ Este viernes empapelamos el pueblo, compañero! ”¡ Elecciones ya! ¡ Abajo el régimen! ¡Tenemos derecho a elegir nuestro gobierno!” ¿Qué te parece?
GALI.- ¿ Esa será la leyenda de los panfletos?
CAZABAT.- Esa ¿ qué tal?
GLORIA.- ¡Te pusiste en contacto, al fin!
CAZABAT.- Como te digo, negra, ¿ por qué estaría alegre si no? ... ¿Te acordás de Rivas?
Tiene una imprenta clandestina en Buenos Aires él los imprime. Tengo que ir a buscarlos, nos
repartimos un poco cada uno y a la madrugada los pegamos.
GALI.- ¿ Y el riesgo?
CAZABAT.- ¿ Sos de la compañía de seguros, vos? Claro que hay riesgos, los asumimos.
GLORIA.- Gali tiene razón, Juan. Es peligroso.
CAZABAT.- Negra, ¿qué te pasa? ¡ En estos días respirar es peligroso! ( Señala hacia la casa)
¿Y esto, no es peligroso? Vamos, dame el licor.
GLORIA.- (Le sirve) Esto está arreglado.
CAZABAT.- ¿ Sí, hasta cuándo? Mientras ellos se diviertan, pero cuando no les convenga más
te quiero ver.
GALI.- Sería prudente esperar.
CAZABAT.- ¿Esperar qué, un milagro? El movimiento tenemos que hacerlo nosotros, nadie
vendrá a salvarnos... Las cosas se presentan así. Hay que tomarlas. Brindo por eso.
GALI.- Salud. Por el hombre nuevo.
CAZABAT.- Ahá, muy bien, Gali. Veo que no olvidaste lo que hablamos hoy.
GLORIA.- Shhh. Shhh, nada de política, por favor.
CAZABAT.- (Riéndose) ¡ Pero si es lo que estamos haciendo, Gloria, continuamente! ¡Esta
mujer! Además, estamos en el refugio predilecto de la política, aquí vienen a comulgar los que
nos guían...
GLORIA.- Shhh, shhh.
CAZABAT.- Te ponés paranoica, Gloria. Tranquilizate y preparate, que después de este animoso brindis te invito a bailar un pasodoble.
TODOS.- Salud.
GALI.- Yo... los dejo porque voy directo a trabajar, es tarde.
CAZABAT.- Borrego, a la misma hora y lugar.
GALI.- De acuerdo. Buenas... noches.
GLORIA.- Salí por el frente, hoy no hay problema.
CAZABAT.- Dejá la puerta abierta, que vamos a bailar con la negra.
GLORIA.- No seas pavo.

Gali abre la puerta y se oye un pasodoble. Se vuelve a mirarlos.

CAZABAT.- Vamos, como en París, ¿ eh?
GLORIA.- No, ya nada es como entonces, nada igual, parece un sueño...
CAZABAT.- ( Estira los brazos) Vamos, por favor, siempre me tocó con la más fea. Dame el gusto ahora.
GLORIA.- (Cediendo) No será la más fea , pero la más vieja...
CAZABAT.- ¡Qué decís! El tiempo no existe cuando uno baila...


Bailan con deleite y gracia. Gali los espía desde la puerta.



Telón breve o Apagón.




Escena 2


Dionisio Gali pasa por una calle con su carrito de lechero (Se simula con varias puertas y
ventanas sobre el telón de fondo) Se aproxima a una de las bambalinas y golpea las manos.
Aparece una anciana cojeando, vestida pobremente.
Gali la saluda y pregunta:

GALI.- ¿ Le dejo leche, doña?
VIEJA.- Sí, un litro, anotalo... ¿Qué te pasa, m´ hijo, que tenés esa cara de viernes santo?
GALI.- Pasó una desgracia terrible: lo mataron a Juan Cazabat, le pegaron un tiro, eso hijos de
puta. Y dicen que fue un tiroteo, si Juan nunca llevaba arma.
VIEJA.- Sssshhh, no hagás esos comentarios, sos muy joven todavía. Ellos tienen el poder
ahora, mis gualichos no hacen efecto con una gente tan mala, cuidate, m´hijo.
GALI.- Pero...
VIEJA.- Andá y metete en tu casa. Mañana será otro día.



Dionisio Gali sigue repartiendo, deteniéndose frente a las otras puertas, gesticulando conversaciones y dejando jarras con leche. Regresa lentamente, cansado. Entra a su pieza y se sienta en la cama (es una cama modesta, un cajón dado vuelta oficia de mesa de noche, y una mesita de madera).


GALI.- Y así pasó el día, con la leche di la noticia, para cuando terminé el reparto ya lo sabía todo el pueblo... ¡Qué triste estaba el pueblo! Parecía más chico que nunca, y oscuro... Va a llover ¡Ojalá llueva treinta días seguido! (Con bronca y dolor) Ya no queda nadie en las calles, pero en las esquinas esos tipos parados... Con uniforme y botas, se paseaban para intimidar... ¡Y lo conseguían! Los compañeros de Juan bajo siete llaves... Hijos de puta, le pegaron un tiro en la cabeza y lo tiraron en una zanja, como un perro.


Entra Gloria corriendo y llorando. Lo abraza.


GLORIA.- ¡Pobrecito!
GALI.- Terminé el reparto y no sabía qué hacer. ¿Supiste algo?
GLORIA.- El viejo Mitti lo lleva a una funeraria, él se encargará de todo.
GALI.- Já, con lo que lo quería Juan al viejo ése...
GLORIA.- Sí, vos decís, pero es el único que se movió. Por lo menos tendrá una cristiana
sepultura. Mientras nosotros estamos acá...
GALI.- (Apartándose) ¿ Nosotros? ¿ Qué querés decir, qué podríamos haber hecho
nosotros?
GLORIA.- ¡Prevenirlo!
GALI.- ¡ Le avisamos! Yo sabía que algo malo iba a pasar...
GLORIA.- (Histérica) ¡¿ Por qué no hicimos nada?!
GALI.- Porque no pudimos, Gloria... Se abrazan otra vez, llorando.
GLORIA.- ¿Y ahora?
GALI.- No sé. Vení...


Se sientan en la cama. Gloria saca una pequeña botella de licor.


GLORIA.- Tomá, aceptá de una vez mi licorcito, esto ayuda... (Gali asiente y bebe)... Se
terminó, punto. La hicieron bien.
GALI.- ¿ Por qué? Están los otros.
GLORIA.- (Se ríe tristemente) ¿Ves lo que quiero decir? Vos ni te contás, y a los otros los
conozco bien. Se acabó, sí, dame esa botella.

Beben en silencio.


GLORIA.-... Te imaginás mi vida en París, rodeada de lujos y festejantes ricos... ¡Hasta un
conde se enamoró de mí! Pero lo desprecié... Lo tenía todo, no me explico todavía cómo
vine a parar acá... Mirá dónde termina la mujer más codiciada del cabaret más pituco...
GALI.- ¿ Ustedes nunca...? Digo, si tuvieron algo que ver...
GLORIA.-¿Con Juan, si fuimos amantes querés decir? Nooo, qué va, lo hubiese arruinado
todo, yo no era mujer para él. ¿Viste cómo me trataba? (Llora otra vez). Claro que lo pensé,
pero...
GALI.- Yo siempre creí...
GLORIA.- No. ¡Me cuidaba tanto! (Estalla) ¡Todos deberíamos estar muertos, menos él!
GALI.- (La abraza y la besa) Ya es tarde, Gloria.
GLORIA.-¡Alguien tiene que pagar esta muerte!
GALI.- (Cede el llanto) Está bien, Gloria, por favor...

Por un momento permanecen así, consolándose y atemperando los ataques del otro.

GLORIA.- ¿Gali?
GALI.- Qué.
GLORIA.- Tengo miedo.
GALI.- Yo también.


Se quedan los dos abrazados sobre la cama y las luces disminuyen sobre ellos. Entra el viejo
Mitti, vestido para el funeral al que irá solo. Trae un ramo de flores que apoya sobre la
mesita.



MITTI.- Le compré estas... lindas y baratas. Plata perdida, pero en fin... (Observa alrededor, levanta la botella y la pone sobre la mesita). Yo no hablé esta vez, no fui yo. . . El sabía que la mano venía fulera... (De un rincón saca un paraguas) Esto me va a servir porque se está preparando una tormenta... A ver si soy claro: en el fondo lo aprecié (Se dirige a los que están en la cama, inmóviles, ausentes). ¡Y me jodía tanto apreciar a un tipo como él! Me provocaba, pero no me gritaba como los otros “Viejo boludo, callate la boca, andate a dormir”... Esos vivos bárbaros que ahora ¿ adónde están, eh? ¡Cagados hasta las patas! Me querían tapar la boca con la Constitución... (Prueba si funciona el paraguas, recoge las flores y antes de salir se vuelve con verdadera solemnidad)... Hoy, después de todo, he descubierto en qué coincidimos el difunto y yo... ¡Qué gente de mierda, che, qué manga de cobardes ignorantes! ¡Qué gente! (Sale)


Breve Apagón.


Dionisio Gali está solo en su habitación, sentado en la cama. Es de noche. De pronto la luz de la lámpara se enrarece, se ven luces azules, violáceas, se oye una música exótica (Instrumental). En la puerta se dibuja la silueta de un hombre alto, que se adelanta y dice:

CAZABAT.-¿ Cómo estás, borrego?
GALI.-(Se incorpora y lo abraza) ¡Viniste, Juan, qué alegría!
CAZABAT.- Hace mucho que no te veo... ¿ Estás cansado?
GALI.- Sí, dale y dale al reparto, madrugo tanto, y cada vez se vende menos ¿Sabés qué hacen ahora los almaceneros? Venden leche embotellada. Y la gente la compra, como casi no hay que hervirla... No doy más, tengo ganas de largar, pero ¿Y después, si no sé nada más que ordeñar y repartir?

CAZABAT.- ¿ Te acordás de lo que hablamos un día? Hay un mundo ahí afuera, otros países, algunos ricos, y poderosos que le pusieron la pata encima a los pobres, los oprimidos. En la sociedad ocurre lo mismo: hay grupos poderosos que someten a otros, hay presiones pero los sometidos no tienen por qué aceptar esto. Cuentan con armas magníficas para defenderse, y no lo saben.
GALI.- Pero vos sabés que con la violencia no la voy.
CAZABAT.- No tiene por qué haber violencia. Las armas de la revolución política y social son la educación y el conocimiento, no hay forma de someter al que sabe.
GALI.- Pero si yo... ni terminé la primaria.
CAZABAT.- De eso se trata : hay escuelas para adultos, se puede remediar... Estas escuelas funcionan de noche, en poco tiempo tenés el diploma, y podés seguir trabajando mientras tanto. Y cuando terminés seguís con la secundaria y...
GALI.-(Con un brillo en los ojos) Y después la universidad...
CAZABAT.- ¡Ya lo creo! Estudiá Derecho, así me defendés cuando me ponen en cana (Se ríe y lo golpea en el brazo)
GALI.- Pero es tan difícil...
CAZABAT.- No dije que fuera fácil. Mirá, yo tengo unos pesos que me andan sobrando, así que ya tenés para los libros. No sé mucho de Matemáticas, pero te puedo dar una mano en Historia y Lengua.
GALI.- ¿Estás seguro?
CAZABAT.-(Guiña un ojo) Dale, preparate que esta misma noche vamos, te anotás y empezás.
GALI.- (Lo abraza) ¡ Sí que sos un amigo, qué digo, un hermano, Juan!
CAZABAT.- (Lo zamarrea) Juá, juá, bueno, soltame, borrego...


La luz va retornando a la normalidad, mientras Juan Cazabat sale y Gali queda solo. Ahora
su mesita está ocupada con libro y cuadernos.


GALI.-... Y cuando termine la escuela sigo... y hasta capaz que dejo de lechero... (Levanta los puños como un boxeador en guardia) ¡Arriba la guardia, Gali! Vamos a entrar en calor... (Tira unos golpes al aire) A ver: Mariano Moreno murió el 4 de marzo de 18.. y pico, en alta mar, víctima de una extraña enfermedad... ¡Juá, juá! Esto sí le daría risa a Cazabat... ¡Hop, hop! El decía que estaba de acuerdo con la teoría del envenenamiento... (Corre y se fija en el libro) ¡1811! ¡Once!... Debo memorizarlo, por si la profe me pregunta justo eso... Soy un tipo duro, pero la verdad ... (Tira unos puñetazos al aire)... sólo es despreciada por los necios.


TELON FINAL
María Helena Sofía